Corriendo hacia lo huido

-¿Como escapó? - dijo el oficial -Salté. La caída hizo que me doblara el tobillo, ¿podrían darme un hielo? Es que me duele.
Tuve que correr a pesar del dolor, pero ya no importaba, solo quería escapar de ahí sin que se dieran cuenta. Eso era lo importante: Escapar.
Había intentado toda mi vida escapar de mi pasado, aunque ahora estaba yendo hacia el. Nunca tuve una historia : según las fichas de la directora del internado, mi padre abandonó a mi madre cuando supo que estaba embarazada de mi, ella no pudo cuidarme por sus propios medios y me abandonó. 
Hasta ahi se :no hay nombres, apellidos,direcciones, nada. Hasta hace unos días, descubrí algo: mi madre me había dejado un collar que era de mi padre. Nunca le había dado importancia, sólo lo llevaba en el cuello para “tenerla conmigo”. Pero, aburrido en la noche, me puse a examinarlo y me percaté de que en el borde inferior izquierdo tenía grabado las iniciales “JG”.
Elaboré un minucioso plan para escapar de el internado. No era muy complejo, solo tenía que escabullirme de la directora, el personal y los niños buchones, si alguna de estas personas se enteraba el plan estaba arruinado.
Al principio todo marchaba bien, había huido del comedor en la hora de la cena y nadie se había dado cuenta. Las cosas se empezaron a complicar cuando me percaté de que la puerta principal y las ventanas estaban cerradas con llave. Busque la llave pero fue en vano, ya que la directora sabía muy bien como ocultar las cosas. No me quedo otra opción que saltar por la ventana de el cuarto de niños, una d las mucamas la había dejado abierta para ventilar la habitación.
Salte sin medir las consecuencias, lo cual fue algo bastante estúpido ya que era evidente que si alguien salta a través de una ventana de un segundo piso doblarse el tobillo es algo menor.
Luego de escaparme de el internado, fui a todas las joyerías del pueblo. Un anciano, en una de ellas, me dijo que recordaba vívidamente cómo había grabado eso, y para quién .
-John Gerald - me dijo - Era un buen hombre, iba todos los días de traje al trabajo y, al pasar por aquí, me saludaba. Me pidió que le grabase esto para su esposa. Hace como 12 años que no se nada de el. En esos tiempos rondaba el rumor de que ella estaba embarazada y que él había huido por esa razón , pero yo nunca lo creí. El era un buen hombre.
Lo busqué por cielo, mar y tierra, no podía estar muy lejos.
Solo me faltó un lugar, el infierno. Encontré una tumba, abandonada, la tumba del señor John Gerald.
Así ,llegué acá. Me encontraron, no tardaron mucho en darse cuenta de que me había escapado y mandaron a la policía a mi búsqueda. Ademas, el panadero al que le había robado el pan para cenar me había denunciado. También el señor de la carreta dijo que había un niño de unos 11 años causando disturbios en el pueblo.

Acurrucado junto a su tumba, así tan vulnerable encontraron al “ladrón”,”al que había causado problemas”, al que huyó de su pasado para volver a él.

Comentarios

  1. Mejor, Lola. Cuidado con el formato al copiar y pegar que queda muy desprolijo.

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